4 meses han pasado desde que
llegué a este país. Los que me conocéis de verdad sabéis que no quería venir
(bueno era por días, a veces me moría de ganas y otras no quería ni pensarlo)
A priori, 4 meses puede parecer
muy poco tiempo, y de hecho lo es, de hecho ha pasado muy muy rápido.
La intensidad, la intensidad de
cómo se viven las cosas aquí es totalmente diferente, 4 meses que parecen 4
años. Como puede cambiar tu forma de ver las cosas, tu forma de pensar, todo. Realmente,
hablando con una amiga, aquí algunas veces no vivimos, tratamos de sobrevivir. Realmente
no creo que este sea mi lugar en el mundo, realmente ahora mismo no sabría
donde situarme. Si me hubierais preguntado 5 meses antes lo tendría claro,
España, sur, playa, sol, sin duda. Pero ahora no lo sé, no creo que sea
Inglaterra, pero tampoco estoy cien por cien segura de que sea España. Nunca me
ha gustado hacer planes a largo plazo, ni pensar lo que me deparará el futuro,
me gusta dejarme sorprender y vivir cosas que aunque no entraban en mis planes
pueden acabar siendo la mejor decisión de nuestras vidas.
No es fácil todo esto, el estar
aquí lejos de casa a veces es muy muy difícil, pero ya sabéis que siempre
intento ver el lado bueno de las cosas, o al menos de unos años para acá.
Realmente no sé cuál es mi lugar
en el mundo, no sé lo que me espera, y en estos momentos me acuerdo siempre de
las palabras de mi mejor amigo “Lo mejor está por venir” aunque yo soy más
partidaria del “lo mejor ni ha pasado ni está por venir, está pasando”
Os prometí que escribiría todos
los días, y como veis no lo he podido cumplir, pero os prometo, y lo pienso
cumplir, que dejare de sobrevivir y que empezaré a vivir siempre (no solo a
ratos) esta experiencia tan bonita, que una vez más, he podido elegir.
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