jueves, 24 de septiembre de 2015
















4 meses han pasado desde que llegué a este país. Los que me conocéis de verdad sabéis que no quería venir (bueno era por días, a veces me moría de ganas y otras no quería ni pensarlo)
A priori, 4 meses puede parecer muy poco tiempo, y de hecho lo es, de hecho ha pasado muy muy rápido.
La intensidad, la intensidad de cómo se viven las cosas aquí es totalmente diferente, 4 meses que parecen 4 años. Como puede cambiar tu forma de ver las cosas, tu forma de pensar, todo. Realmente, hablando con una amiga, aquí algunas veces no vivimos, tratamos de sobrevivir. Realmente no creo que este sea mi lugar en el mundo, realmente ahora mismo no sabría donde situarme. Si me hubierais preguntado 5 meses antes lo tendría claro, España, sur, playa, sol, sin duda. Pero ahora no lo sé, no creo que sea Inglaterra, pero tampoco estoy cien por cien segura de que sea España. Nunca me ha gustado hacer planes a largo plazo, ni pensar lo que me deparará el futuro, me gusta dejarme sorprender y vivir cosas que aunque no entraban en mis planes pueden acabar siendo la mejor decisión de nuestras vidas.
No es fácil todo esto, el estar aquí lejos de casa a veces es muy muy difícil, pero ya sabéis que siempre intento ver el lado bueno de las cosas, o al menos de unos años para acá.
Realmente no sé cuál es mi lugar en el mundo, no sé lo que me espera, y en estos momentos me acuerdo siempre de las palabras de mi mejor amigo “Lo mejor está por venir” aunque yo soy más partidaria del “lo mejor ni ha pasado ni está por venir, está pasando

Os prometí que escribiría todos los días, y como veis no lo he podido cumplir, pero os prometo, y lo pienso cumplir, que dejare de sobrevivir y que empezaré a vivir siempre (no solo a ratos) esta experiencia tan bonita, que una vez más, he podido elegir.

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